sábado, 28 de abril de 2012

A pie por Extremadura con Josep Maria Espinàs


Josep Maria Espinàs
Rebuscando en la biblioteca títulos que respondan al criterio de vinculación entre Extremadura y Catalunya que preside este blog, me topé con A pie por Extremadura, libro de viaje del veterano escritor y periodista Josep Maria Espinàs (Barcelona,1927). 
El libro forma parte de la colección A pie de pipa, en la que el autor recopila una quincena de recorridos por distintos lugares de la Península. Publicado inicialmente en catalán en 2001 en Edicions La Campana, la versión castellana del mismo vio la luz en diciembre de 2005 de la mano de la editorial Edhasa

A pie por Extremadura, que lleva por subtítulo Las Villuercas y Los Ibores, es la crónica de la ruta andando que el autor realizó, en compañía de Sebastià Alquézar e Isabel Martí, por estas dos comarcas cacereñas. Aunque su idea original le habría llevado a Trujillo como epicentro de su viaje extremeño, el propio Espinàs explica que finalmente optó por Las Villuercas y Los Ibores, gracias a los consejos que obtuvo del catedrático de geografía de la Universidad de Extremadura, Antonio Campesino.
Partiendo desde Alía, localidad de los abuelos del que fuera jugador del F.C. Barcelona, Javier Saviola; el recorrido sigue por Guadalupe, Navalvillar de Ibor, Castañar de Ibor, Robledollano, Cabañas del Castillo, Solana, Berzocana y Cañamero. Desde esta última localidad el trayecto circular se cierra volviendo a Guadalupe, a través de la “Ruta de Isabel la Católica”, con su famoso “Melonar de los Frailes”, y después de nuevo hasta Alía. 
Aunque en la última década, la dotación de alojamientos de la zona ha mejorado bastante, en el momento de realizar el viaje el autor y sus acompañantes, en el momento del tránsito entre los dos siglos, aún encontraron alguna dificultad en alguna localidad. Por eso expresan su agradecimiento a las buenas gestiones que hizo para solventarlas Pedro Blanco, de la Asociación para la Promoción y el Desarrollo Rural de la Comarca de Las Villuercas, Ibores, Jara (APRODERVI).
Se trata de una zona de una gran belleza natural, en la que se suceden las sierras y los ríos y regatos, combinándose con las zonas de dehesa. Yo mismo he transitado buena parte de ese itinerario en bicicleta y lo recomiendo sin duda alguna. Eso sí, al ritmo pausado que proporciona el caminar o el pedalear, que permite observar y aprehender las cosas, los aromas, los sonidos, las palabras. Todo lo contrario de la aceleración y la rapidez del coche, que te traslada de un sitio a otro, sin sentir y sin ver.
Al encanto paisajístico de Las Villuercas y Los Ibores, se une el atractivo patrimonial, innegable de enclaves como Guadalupe.
Pero no es ese el enfoque y el objetivo del libro de Espinàs, sino más bien el patrimonio humano, las personas que habitan el territorio y que son, en definitiva, las que le dan sentido.
Y al respecto el autor se cuestiona sobre el hecho de que casi nunca, por no decir jamás, en las informaciones que se editan y se publican sobre cualquier localidad o zona, se hace referencia al pulso vital de sus gentes, a sus personajes anónimos, a las experiencias cotidianas. Dice Espinàs: seguramente podrá encontrarse en algún sitio una descripción válida de la iglesia de Navalvillar de Ibor, de Robledollano, de donde sea, pero ¿sabemos algo de los hombres y mujeres que, durante generaciones, acudías a dichas iglesias? Se diría que no ha existido jamás nadie de carne y hueso, en estos pueblos. Si no ha hecho carrera eclesiástica o militar. A continuación añade que es la existencia de esta gente, que no es más que un número en los informes demográficos, lo que no me ha permitido nunca descansar mucho, por no decir nada, cuando llego a un pueblo, y enseguida necesito salir a la calle, siempre demasiado pronto, cual el sol aún cae con fuerza y esta gente está en su legítimo derecho de quedarse en casa y no querer saber nada del forastero que, vaya usted a saber por qué razón, no para de moverse de aquí para allá.
Con esa premisa el libro desbroza un sinfín de encuentros y conversaciones, de anécdotas y curiosidades, de presencia de catalanes por estas tierras y de extremeños que han estado en Catalunya.
Para cualquiera que conozca los lugares que describe Espinàs, A pie por Extremadura es una buena oportunidad de revivirlos desde una perspectiva probablemente diferente. Y para quien aún no haya tenido la suerte de visitarlos, es una invitación a hacerlo.

sábado, 21 de abril de 2012

La huella de Jorge de Capadocia en Cáceres y Catalunya


"San Jorge y el dragón" de Paolo Uccello
Junto con otros muchos lugares, como Inglaterra, Portugal, Hungría o Georgia, la ciudad de Cáceres y Catalunya, en su conjunto, comparten el mismo patronazgo: el San Jorge cacereño y el Sant Jordi catalán. Ambos derivan de las múltiples leyendas e historias construidas en torno a la figura de Jorge de Capadocia, un tribuno militar y consejero de Diocleciano, cuya muerte por su adscripción cristiana se sitúa en el 23 de abril de 303. Su popularización por toda Europa se atribuye a la “Leyenda Aurea”, libro del siglo XIII en el que Jacobo de Vorágine, arzobispo de Génova, reunió historias y leyendas sobre 180 santos y mártires de la cristiandad.
Ciertamente el mito prevalece sobre la veracidad histórica, tanto en el caso catalán como en el cacereño.

Sant Jordi
Sant Jordi es patrón de Catalunya, según diversas fuentes, desde 1456, aunque con anterioridad ya estaba muy arraigada su tradición. Una de las versiones de la leyenda catalana se sitúa en la localidad tarraconense de Montblanc, en la que se repite el argumento de un dragón que atemorizaba a la localidad, del que fueron librados por un caballero vestido de blanco sobre un caballo de igual color: Sant Jordi. De la sangre derramada por la bestia surgió un rosal de rosas rojas, una de las cuales fue entregada por el caballero a la princesa que acababa de salvar.
Alrededor de esta historia, y en un proceso de sincretismo que ha incorporado también tradiciones romanas como las ofrendas florales de la primavera, se ha construido la tradición del Día de Sant Jordi. En esa jornada, que curiosamente no es festiva, pero que se vive y trabaja en un ambiente totalmente festivo, se unen amor, literatura y reivindicación. Pueblos y ciudades engalanan sus balcones con la senyera, la cuatribarrada bandera catalán. Miles de puestos ocupan calles, plazas y avenidas para vender rosas, símbolo del amor, adornadas con espigas, símbolo de la fertilidad. Y además los libreros de todos los rincones salen a las calles, montan sus paradas, y hacen que la literatura esté más presente que nunca en la vida de los ciudadanos.
Sant Jordi forma parte de esos imborrables recuerdos infantiles, cuando a finales de los años sesenta del siglo pasado, en mi pueblo, en Premià de Mar, se montaba la pequeña Fira del Llibre. Era de las pocas oportunidades que uno tenía de ver una más o menos amplia muestra de libros escritos en catalán. Y entre las adquisiciones no faltaron, por supuesto, varios cuentos troquelados de historias de En Patufet, el equivalente en Catalunya de personajes como Pulgarcito o Garbancito.
Hoy en día la Fira del Llibre ha alcanzado una gran magnitud, sobre todo en la ciudad de Barcelona, siendo la presencia de escritores y la firma de libros uno de los principales atractivos para el gran público. Sólo a modo de ejemplo adjunto el enlace para poder ver la lista de autores que está previsto que participen en firmas de libros en diversos puntos de Catalunya. 
Desde que vivo en Extremadura he procurado permanecer fiel a la tradición de regalar la rosa para el Día de Sant Jordi. Inicialmente a mi mujer, y hoy en día también a mi hija. Con el paso de los años he podido comprobar cómo esta costumbre se ha ido expandiendo también aquí, y no es extraño ver ese día a bastantes personas adquiriendo la tradicional rosa roja en las floristerías.

San Jorge
Cartel anunciador de la festividad cacereña
Y situados ya en Extremadura, hay que referirse al San Jorge cacereño, una festividad patronal que en las dos últimas décadas ha ido cogiendo más vuelo, con un programa de actividades que ha ido calando en la población.
La leyenda cacereña se sitúa en los tiempos del sitio de la ciudad por parte de las huestes cristianas del rey Alfonso IX, en 1229. Cuenta la misma que el enamoramiento entre la bella hija del kaid de la ciudad y un capitán cristiano, tuvo como resultado la posibilidad de franquear las murallas a través de pasadizos subterráneos, la víspera del 23 de abril. Con ello los asaltantes consiguieron hacerse con el dominio de la ciudad y se decidió que San Jorge, considerado máximo protector de los ejércitos de la Cristiandad, fuera el patrón de Cáceres.
En los dos años que viví en la ciudad, entre 1987 y 1989, no recuerdo que se realizasen actividades especialmente significativas para la celebración. Sin embargo, como ya he dicho, desde entonces hasta la actualidad, ha ido transformándose, popularizándose y ganando peso en el calendario festivo de Cáceres.
El punto álgido de un extenso programa de actividades, es el desfile de San Jorge y el Dragón, que el domingo 22 de abril recorre buena parte de Cáceres, desde la barriada de Moctezuma, hasta la Plaza Mayor, en la que se produce su quema. Este año la compañía teatral Teatrapo es la encargada de organizar la cabalgata, mientras que la compañía cacereña de danza Karlik será la que posteriormente haga una recreación de la leyenda de San Jorge.   

lunes, 16 de abril de 2012

Rafael Vallbona: escritor, periodista y cicloturista de pro

En Puente Ajuda
El escritor y periodista barcelonés Rafael Vallbona i Sallent, http://casavbn.blogspot.com.es/, es amigo de la infancia y la reciente Semana Santa vino a Extremadura para compartir unos días juntos y hacer un par de rutas en bicicleta. Con el autor de La comuna de Puigcerdà, Estiu a Menorca, Viatge a l’Alentejo y De Ginebra a Niça,  charlamos durante horas sobre multitud de cuestiones, entre otras de ciclismo, Extremadura y Catalunya.
L’escriptor i periodista barceloní Rafael Vallbona i Sallent, http://casavbn.blogspot.com.es/, és amic de la infància i la darrera Setmana Santa va venir a Extremadura per compartir uns dies junts i fer un parell de rutes en bicicleta. Amb l’autor de La comuna de Puigcerdà, Estiu a Menorca, Viatge a l’Alentejo i De Ginebra a Niça, vam parlar durant hores de multitud de temes, entre d’altres de ciclisme, Extremadura i Catalunya.

Rafa, una de las razones por las que has venido más a menudo a Extremadura ha sido para ir en bicicleta. ¿Qué te parecen las rutas que has hecho? 
La variedad de las carreteras de Extremadura es suficiente, tanto en paisaje como en dificultad ciclista, como para sorprender agradablemente al cicloturista. Además el escaso tráfico facilita el pedaleo. Sin embargo echo en falta entre los automovilistas conciencia de que ellos no son los amos de la carretera y que, cada vez más, tienen que compartirla con usuarios más frágiles como son los ciclistas.
Ahora bien, estas pegas se ven superadas por un medio natural muy favorable y, en general, una gente (hostales, bares, ...) siempre dispuesta a facilitarle las cosas a los ciclistas.
Ir en bicicleta es una buena forma de conocer Extremadura.
Rafa, una de les raons per les quals has vingut més sovint a Extremadura és per anar en bicicleta. Què et semblen les rutes que has fet?
Les carreteres d’Extremadura són prou variades, tant pel que fa a paisatge com a nivell de dificultat ciclista, com per sorprendre agradablement al cicloturista. El trànsit escàs facilita a més el pedalar. Trobo a faltar, però, consciència entre els automobilistes de què ells no són els amos de la carretera, i que l’han de compartir (cada dia més) amb usuaris més fràgils com som els ciclistes. Caldria senyalització a les carreteres que avisi als conductors de la possible presència de ciclistes. Ara, aquests ‘peròs’ es veuen superats per un medi natural molt favorable i, en general, una gent (hostals, bars...) sempre disposada a facilitar les coses als ciclistes.
Anar en bici és una bona forma de conèixer Extremadura.

En algunos lugares (Euzkadi, Francia, Suiza, ...) existe un turismo específico en torno al mundo de la bicicleta. Por lo que conoces, ¿crees que Extremadura tiene condiciones objetivas para hacer de esto una nueva oferta turística?
El turismo en bicicleta es una de las facetas más modernas y dinámicas de este sector y una de las que está creciendo a pesar de la crisis. Los motivos son: la fatiga de las ofertas tradicionales de sol, playa y monumentos; la idea creciente de un turismo sano y sostenible, y el interés por el descubrimiento de territorios más pequeños que, sólo el ritmo de la bici, permite recorrer en profundidad.
Como ejemplo, hay que tener en cuenta que el impacto económico en el territorio de la vía verde entre Olot y Girona (50 km.) es de unos 2 millones de euros anuales.
Plaza Alta de Badajoz
Entonces, ¿por qué no apostar por él? Las condiciones innatas no existen, se crean: red de alojamientos preparados para las necesidades específicas de los ciclistas, diseño de rutas (dificultad, oferta, visitas), información sobre la carretera, en internet y en papel, diálogo con las asociaciones de usuarios, clubes deportivos, tiendas del sector, etc.
En alguns indrets (Euskadi, França, Suïssa,...) hi ha un turisme específic en torn al món de la bicicleta. Pel que coneixes, creus que Extremadura té condicions objectives per fer d’això una nova oferta turística?
El turisme de bicicleta és una de les facetes més modernes i dinàmiques d’aquest sector i una de les que està creixent malgrat la crisi. Els motius són: la fatiga de les ofertes tradicionals de sol, platja o monuments, la creixent idea de turisme sa i sostenible i l’atractiu per la descoberta de territoris més petits que, només el ritme de la bici, permet recórrer en profunditat.
Cal tenir en compte, a tall d’exemple, que l’impacte econòmic al territori de la via verda entre Olot i Girona (50 km.) és anualment d’uns 2 milions d’euros.
Per què no apostar-hi, doncs? Les condicions innates no existeixen, es creen: xarxa d’hostaleria preparada per a les necessitats específiques dels ciclistes, disseny de rutes (dificultat, oferta, visites), informació sobre la carretera, a internet i en paper, diàleg amb les associacions d’usuaris, clubs esportius i comerços del gremi...
En tus viajes has tenido la oportunidad de conocer bastantes lugares de la región. ¿Me podrías decir cuál es el que más te ha llamado la atención y por qué razón?
El atractivo monumental de Cáceres, el felizmente recuperado centro histórico de Badajoz y la Mérida romana son los lugares urbanos que más me han interesado de la región. En segundo lugar dejo los grandes monasterios y monumentos religiosos, que para mí tienen un interés menor, dado que hay muchos por toda España.
En lo referente a la naturaleza, el Parque de Monfragüe, el Valle del Jerte y su acceso por el Puerto de Honduras, la comarca natural de Los Ibores y la zona sur, llena de pueblos blancos, son los lugares que más me han gustado y que espero poder seguir descubriendo en próximos viajes.
Si tuviera que elegir uno de cada, aunque me resulta difícil, quizás no seré demasiado original: Cáceres y Monfragüe.
En les teves visites a Extremadura has tingut l’oportunitat de conèixer força llocs de la regió. Em podries dir quin és el que més t’ha  cridat l’atenció i per quina raó?
L’atractiu monumental de Càceres, el feliçment recuperat centre històric de Badajoz i la Mérida romana són els llocs urbans que més m’han interessat sempre de la regió. En segon terme deixo els grans monestirs i monuments religiosos, que, com que ja n’hi ha tants arreu d’Espanya, per mi tenen un interès menor.
I pel que fa al medi natural, el parc de Monfragüe, la vall del Jerte i el seu accés pel port d’Honduras, la comarca natural del Ibores i la zona sud, plena de pobles blancs, són els llocs que més m’han agradat i que espero poder seguir descobrint en propers viatges.
Si n’he de triar un de cada, tot i que se’m fa difícil, potser no seré gaire original: Càceres i Monfragüe.
Con la Torre de Bujaco de Cáceres al fondo
Hace casi 20 años de tu primer viaje a Extremadura. ¿Algún recuerdo especial de estos años?
A lo largo de veinte años he podido ir viendo la transformación de la región, que ha sido grande y, por suerte, sin provocar grandes desequilibrios ambientales. Tengo clavada en la memoria la imagen del primer día que llegué aquí. Después de un montón de horas en un tren incómodo, sucio y lento, bajé en una estación oscura y alejada de la ciudad, a la que accedí por un puente estrecho y peligroso. Estaba oscuro, hacía frío y la humedad que subía del río se me metió en los huesos.
Hoy esto no es más que un recuerdo en mi libreta de viajes. Extremadura, como el país entero, ha cambiado en positivo y eso facilita y anima a descubrirla. Y como al fin y al cabo, el recuerdo que está más presente en la memoria es el último y el mejor, me quedo con un paseo de tarde por el centro de Badajoz, descubriendo la riqueza de su patrimonio arquitectónico civil y la majestuosidad de la Plaza Alta y de la Alcazaba; dos lugares muy potentes que tienen que ayudar a proyectar la ciudad y abrirla a visitantes de todas partes.
Fa quasi 20 anys del teu primer viatge a Extremadura. Algun record especial al llarg d’aquests anys?
Al llarg de vint anys he pogut anar veient la transformació de la regió, que ha estat gran i, per sort, sense provocar grans desequilibris ambientals.
Tinc clavat a la memòria el record del dia que vaig arribar per primer cop aquí. Després d’un munt d’hores de tren, incòmode, brut i lent, vaig baixar en una estació fosca i allunyada de la ciutat, a la qual vaig accedir-hi per un pont estret i perillós. Era fosc, feia fred i la humitat que pujava del riu se’m va ficar als ossos.
Avui això només és un record en la meva llibreta de viatges. Extremadura, com el país sencer, ha canviat en positiu, i això facilita i encoratja a descobrir-la. I com que, a la fi, el record que queda més impregnat a la memòria és el darrer i millor, em quedo amb un passeig de tarda pel centre de Badajoz, descobrint la riquesa del seu patrimoni arquitectònic civil i la majestuositat de la plaça Alta i l’Alcassaba; dos indrets molt potents que han d’ajudar a projectar la ciutat i obrir-la a visitants d’arreu.
Desde Barcelona tenéis más cerca París que Badajoz, por poner un ejemplo. ¿Qué atractivos crees que tiene que ofrecer Extremadura para que un visitante decida, desde Catalunya, conocer la región? Personalmente, ¿qué le dirías a cualquier amigo al que quisieras recomendar que visite Extremadura?
A menudo me preguntan qué es lo que vale la pena ver de Extremadura. Eso quiere decir que la región no se vende bien, o que lo que se vende es lo que ya se sabe, que no necesariamente se ha de conocer. París no necesita venderse, todo el mundo sabe lo que tiene y, por si acaso, cada dos por tres añade un nuevo museo o un nuevo centro urbano de interés. Es su encanto el que hace que sea la ciudad más visitada del mundo, y contra él nadie puede competir.
Extremadura tiene su encanto, diferente del de París, de Barcelona y del de cualquier otro lugar; original y único. Es esto lo que tiene que vender: civilización, naturaleza y elementos autóctonos (sobre todo gastronómicos). No hace falta nada más.
Ahora bien, lo que hace falta es potenciar el diseño de las ofertas, buscar la tipología propia de nuestro turismo y trabajar por él. No basta con tener un territorio potente, buena comida y ciudades monumentales, es necesario promover líneas de difusión que lo hagan atractivo al visitante. La especialización turística (el turismo en bici puede ser un ejemplo) y el refuerzo de las infraestructuras hoteleras son elementos que redondean la oferta y la hacen más atractiva.
Por otra parte considero que, dado que el tren difícilmente mejorará en los próximos años, sería necesario hacer un esfuerzo importante para potenciar el aeropuerto de Badajoz, atrayendo a compañías que quieran volar desde aquí.
Des de Barcelona teniu més a prop París que Badajoz, per posar un exemple. Quins atractius creus que hauria d’oferir Extremadura perquè un visitant decideixi, des de Catalunya, conèixer la regió? Personalment què li diries a qualsevol amic al que volguessis recomanar que visités Extremadura?
Sovint em pregunten què paga la pena de veure d’Extremadura. Això vol dir que la regió no es ven bé, o que el que ven és el que ja se sap (no necessàriament que es conegui). París no necessita vendre’s enlloc, tothom sap el que té i, per si de cas, cada dos per tres hi afegeixen un nou museu o un nou centre urbà d’interès. És el seu encant que la fa la ciutat més visitada del món, i contra això ningú no pot competir.
Extremadura té el seu encant, diferent del de París, del de Barcelona i del d’arreu. Original i únic. És això el que ha de vendre: civilització, natura i elements autòctons (sobretot gastronòmics). No cal res més.
Ara bé, el que cal és potenciar el disseny de les ofertes, buscar la tipologia pròpia de turisme i treballar per ell. Amb tenir una terra potent, un bon menjar i unes ciutats monumentals no n’hi ha prou, cal promoure línies de difusió que ho facin atractiu al visitant. L’especialització turística (el turisme en bici en pot ser un exemple) i el reforçament de la infraestructura hostalera són elements que arrodoneixen l’oferta i la fan més atractiva.
D’altra banda considero que, donat que el tren difícilment millorarà en els propers anys, caldria fer un esforç important per potenciar l’aeroport de Badajoz atraient-hi companyies que hi vulguin volar.
¿Crees que tanto catalanes como extremeños se conocen lo suficiente entre ellos y que tienen conciencia de los lazos culturales e históricos que tienen?
El conocimiento entre las tierras de España está lleno de atavismos, prejuicios y malas interpretaciones políticamente interesadas. Había más solidaridad y complicidad a finales del franquismo que hoy en día. Las peleas territoriales, los agravios y el desequilibrio fiscal han dado muy buenos réditos políticos a los grandes partidos estatales, y han ayudado a fomentar el victimismo electoralista entre los partidos nacionalistas. Es por eso que, hoy por hoy, extremeños y catalanes nos conocemos poco y mal.
El desequilibrio territorial genera injusticias en ambos sentidos, que no han provocado los ciudadanos, pero que son los que reciben las consecuencias. Personalmente no le veo solución, porque a ningún partido ni institución de todo el Estado le interesa que esto se solucione de forma satisfactoria y equilibrada. Convertir la solidaridad en un yugo por ley, hasta lastrar el progreso, es impedir el crecimiento armónico y justo de todo el país. Si las locomotoras no tiran del convoy, siempre habrá vagones que se quedarán descolgados cuando, lo que se necesita, es que todo el tren avance.
Frente a esta miserable realidad, los lazos históricos tienen poco que hacer. Creo que sólo desde la mal llamada sociedad civil (como si no se pudiese hacer política desde fuera de los partidos y de las instituciones) se puede trabajar para superar esta regresión, corregirla e impulsar de nuevo unos lazos que, al margen de la historia general, forman parte del patrimonio cultural –de la memoria histórica- de ambos territorios y de quienes los habitan.
Creus que tant catalans como extremenys es coneixen prou entre ells i que tenen consciencia dels lligams culturals i històrics que tenen?
El coneixement entre les terres d’Espanya està ple d’atavismes, prejudicis i males interpretacions interessades políticament. Hi havia més solidaritat i complicitat a les acaballes del franquisme que avui en dia. Les picabaralles territorials, els greuges i el desequilibri fiscal han donat molts bons rèdits polítics als grans partits d’àmbit estatal i han ajudat a fomentar el victimisme electoralista entre els partits nacionalistes. És per això que, a  hores d’ara, extremenys i catalans ens coneixem poc i malament.
El desequilibri territorial genera injustícies en ambdós sentits que no han provocat els ciutadans, però que són els qui en reben les conseqüències. Personalment no hi veig la solució perquè veig que a cap partit ni institució d’arreu de l’estat li interessa que això es resolgui satisfactòriament i equilibrada. Convertir la solidaritat en un jou per llei fins llastrar el progrés, és impedir el creixement harmònic i just de tot el país. Si les locomotores no tiben del comboi sempre hi haurà vagons que es quedaran despenjats quan, el que cal, és que tot el tren avanci.
Enfront d’aquesta miserable realitat, els lligams històrics poc tenen a fer.
Crec que només des de la mal anomenada societat civil (com si no es pogués fer política des de fora els partits i les institucions) es pot treballar per a suplir aquesta regressió, corregir-la i empènyer de nou uns lligams que, història general a banda, formen part del patrimoni cultural –de la memòria històrica- d’ambdós territoris i dels qui els habiten.