domingo, 8 de abril de 2012

Jorge Gruart Vila


Jorge Gruart, en el centro de la imagen
He querido iniciar la relación de protagonista en “Catalana con jamón”, con una de las personas que creo que mejor encarnan la filosofía de este blog, el intercambio y el encuentro social y cultural entre Extremadura y Catalunya: Jorge Gruart Vila. Hombre inquieto y decidido, ha desarrollado una prolífica actividad empresarial, ocupando en estos momentos la presidencia de la Asociación de Empresarios de Mérida (AEME). También fue durante varios años presidente del Mérida C.P.
Jorge es el continuador de una saga familiar de industriales dedicados a la fabricación de tapones de corcho, cuyos orígenes se sitúan en la localidad gerundense de Cassà de la Selva, donde en 1925 se constituyó la empresa GRUART y BAUS. Fue su padre, Ángel Gruart Deus, quien después de la Guerra Civil impulsa una industria de preparación y fabricación de tapones de corcho en San Vicente de Alcántara (Badajoz), que dirigió durante más de 30 años.
¿Cuál es tu vinculación con Cataluña?
Sigo vinculado a  Cataluña, principalmente por tener allí familia, y suelo hacer unas tres o cuatros visitas al año. También, algunas otras, las hago coincidir aprovechando algún viaje por temas de trabajo.
¿Un rincón de Cataluña?
Serían muchos, pero siempre recuerdo andanzas con mis primos por Tamariu y Llafranc en la costa, y en Gerona y Llambillas  en el interior.
¿Y de Extremadura?
En Extremadura, sin duda, la zona de Alburquerque, la franja que va desde San Vicente hacia Portugal, pasando por Valencia de Alcántara.
¿Algún recuerdo especial de Cataluña?
Muchos, sobre todo de la Cataluña de la niñez, de la "Festa Major", de  Playa de Aro y de los viajes a Le Boulou en Francia. Posteriormente me llamó mucho la atención la Semana Santa de Besalú, dándome la sensación de estar en la de Mérida. 
¿Nos recomendaría algún plato de la cocina catalana que le guste especialmente?
Recordando el arroz negro que hacía mi abuela, recomendaría un plato de un restaurante de Campllonch, "galtas a la llaminera", que aquí podría ser una carrillada con otros complementos. Además de los platos más conocidos, ahora hay una cocina catalana muy innovadora que, a veces, no comparto.
¿Y de la cocina extremeña?
Sin duda el incomparable buche y las mondongas de San Vicente, así como el cochinillo de Torremayor. Nuestras materias primas permiten platos excelentes. 
¿Cree que hay suficiente conocimiento mutuo entre extremeños y catalanes?
Es evidente que no, y tampoco conozco actividades que mantengan contacto alguno. Creo que sólo subsisten  relaciones puramente empresariales.
 ¿Algo que le parezca destacado de la cultura en Cataluña?
De Cataluña destacaría su decidida vocación por el mantenimiento de sus costumbres y tradiciones. Y además, desde su ventajosa situación hacia Europa, hacen una fuerte defensa de su patrimonio cultural. 
¿Y de la cultura en Extremadura? Los extremeños tenemos un histórico bagaje cultural  ampliamente reconocido. Y, ahora,  la eclosión del turismo está permitiendo a propios y extraños descubrir un patrimonio artístico inigualable que, además, actúa cómo excelente generador de riqueza para la región. Deberíamos luchar más por ello, defendiendo mejor lo nuestro.
¿Alguna consideración final para los seguidores presentes y futuros de este blog? Continuará siendo tarea difícil, que no imposible, hacer oídos sordos a  tópicos y extremismos sobre catalanes y extremeños. Yo formo parte de una generación  que, hace muchos años, aprendió de la seriedad de los catalanes y de la bondad de los extremeños, para desarrollar sin problema alguno una vida familiar y  profesional en la que los valores de Extremadura y Cataluña siempre primaron por encima de todo. También he asumido, cuando he tenido que hacerlo,  mis compromisos con la sociedad extremeña, simplemente siendo lo que soy: un extremeño nacido en Cataluña. Mis padres catalanes, mis hijas extremeñas, y, en medio, una mujer extremeña, de San Vicente de Alcántara, y yo, catalán de Cassá de la Selva. Tanto allí cómo aquí, en Cataluña o en Extremadura, siempre nos hemos encontrado "en casa".
 "Catalana de jamón", dentro de ese apasionante mundo de las nuevas tecnologías, puede ser un excelente vehículo para un mejor conocimiento mutuo entre extremeños y catalanes.  Desde  "Catalana de jamón", entre todos, podríamos poner ese granito de arena que siempre hace falta en esta apasionante vida que nos ha tocado vivir: la convivencia. Hagámoslo, y, si es así, contad conmigo.


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